El año pasado nos sentíamos potencia mundial, estábamos en
las nubes, el TRI ganaba una medalla de oro olímpica histórica y nos sentíamos
orgullosos de nuestro futbol, de sus decisiones, del enorme avance que habíamos
logrado y estábamos convencidos de que había llegado la hora de estar a la par
de España, Brasil, Alemania, Argentina, etc., o al menos, muy cerca de estos
monstruos...
Hoy el golpe ha sido bajo y casi mortal a nuestras
sobrevaloradas ideas y creencias acerca de la realidad del balompié nacional.
Hoy, nos damos cuenta que estamos lejos de ser esa potencia que durante décadas
hemos anhelado, hoy estamos artos de nuestros dirigentes, de nuestros
federativos, de nuestro organismo y hasta de nuestros jugadores, sí, aquellos
que hace unos años teníamos en un altar, hoy los queremos fuera de las
convocatorias, del mundial, fuera de
todo.
Hoy nos cuestionamos ya no sobre si somos o no potencia,
sino sobre si aún somos el gigante de CONCACAF.
Todo parece indicar que Estados Unidos hace mucho tiempo nos superó…
¿Son los jugadores norteamericanos más talentosos que
nosotros? ¿Su liga es más fuerte? La respuesta es un rotundo NO. Seguimos
teniendo jugadores con más talento, con genialidad, con mayor versatilidad, etc.…
Nuestra liga sigue siendo mejor, en gran medida por los extranjeros de excelente
nivel que tenemos. La diferencia radica entonces en las decisiones a largo
plazo que ellos toman, la continuidad a
un proceso (tres D.T. en los últimos 15 años), la seriedad y el profesionalismo,
la mentalidad y preparación dentro y fuera de la cancha de sus jugadores. Ahí
está la clave del éxito por lo que ellos, sin ser mejores en lo individual, en lo
colectivo nos han superado desde hace bastantes ayeres.
Por primera vez en nuestra historia, jugaremos el repecha
para ir al Mundial, algo ridículo si tomamos en cuenta que CONCACAF es una zona
bastante mediocre y que de los 6 equipos que hay, pasan 3.5, nos tocó ser ese
0.5, y que de no haber sido por Estados Unidos y su gran profesionalismo,
estaríamos fuera del mundial.
La cuestión ya no es de si se debe ir o no al mundial, ya no
es de merecimientos, que de ser así, no tendríamos que ir pero ni como
aguadores… La cuestión es que no ir al mundial implica un retroceso que afecta
no sólo al futbol, sino a muchas otras industrias, incluso, muchísimas personas
podrían caer en depresión por esta situación. Entonces debemos ir al mundial,
como sea, pero debemos ir, me estoy viendo muy mediocre, pero esa es la
realidad de nuestro querido futbol.
Sin embargo, pase lo que pase ante Nueva Zelanda y
posteriormente en Brasil, no debemos olvidarnos de lo que sucedió en este
proceso mundialista y recordar que es urgente una reestructuración total, de
raíz en la Federación Mexicana de Futbol, y todo lo que ésta representa.
Basta ya de que los dueños de los equipos de futbol tomen
las decisiones importantes, jueguen y manipulen con nuestra Selección. Se debe ser separar lo deportivo de lo económico y esto es algo que no se hace
actualmente ni nunca se ha hecho en México. Debe de crearse un organismo conformado
por ex jugadores, entrenadores, ex entrenadores y analistas deportivos que
atiendan lo deportivo, y que ellos sean los que tomen las decisiones
importantes.
De igual forma deben hacerse modificaciones a nuestra liga,
en muchos aspectos; cantidad de extranjeros, formato de competición, calendarización,
etc. Vivimos en país, donde las reformas
están a la orden del día, aprovechando esto, es fundamental, hacer una reforma
en materia futbolística, que sea tajante, extensa, rígida, sin lagunas, para
que así se comience un nuevo proyecto, con miras hacia un futbol distinto, en
donde sí podamos dentro de 10-20 años competir con potencias de tú a tú y no
solamente nos vendan espejismos baratos en donde al primer reflejo se rompe el
cristal y la desolación nos invade a todos, para entonces darnos cuenta, que hemos sido engañados...
